Uno de los hechos
más graves que acontece en nuestra provincia es el desprestigio y el grado de
corrupción al que han llegado nuestras autoridades municipales. En este sentido,
acompañando a los dirigentes de la Asociación Chumuch me enteré que iban en
dirección de la fiscalía de Challán en calidad de denunciantes de actos de
corrupción cometidos por el ex alcalde de Chumuch Miller Pinedo, a quien se le acusa de haber
hecho uso indebido de los recursos del distrito. La denuncia es por haber obtenido
durante su periodo, entre otras cosas, 6 casas y un tráiler; los mismos que no
están a su nombre pero sí en nombre de parientes y amigos, incluido un ex funcionario
del consejo, todo lo cual pone en evidencia los malos e ilícitos manejos
de los
recursos económicos del Distrito más pobre de la provincia.
El Fiscal solicitó
información para resolver este caso a las diversas autoridades relacionadas con
la gestión municipal, como al actual alcalde de Chumuch, JNE, SUNARP,
municipalidades diversas, Policía Nacional, entre otras. Lo grave del caso es
que estas autoridades no han contestado oportunamente y al parecer forman parte
de una cadena de corrupción que favorece los actos ilícitos. Por ejemplo, la
SUNARP en vez de dar respuesta sobre la existencia de la propiedad y a quien
pertenece el bien, responde al fiscal pidiéndole que presente un plano de
ubicación geográfica de los bienes motivos de la denuncia, lo que es absurdo y
contraproducente. Lo que es peor, el alcalde actual del distrito de Chumuch no ha informado al
fiscal sobre los ingresos del ex acalde comprometido en este proceso
a pesar de las
reiteraciones de aquel. Es decir, el alcalde que debe cautelar y
representar a este concejo, no solamente no ha denunciado el caso, sino que no colabora
con la justicia.
La ciudadanía comenta que todos los alcaldes en estos últimos periodos son los nuevos millonarios de la provincia, con casas en Celendín, Cajamarca, Trujillo, Lima; algunos inclusive, fungen como empresarios.
En las elecciones
de revocatoria a los alcaldes de Pallán y José Gálvez, no hubo asistencia a la
votación por parte de la población. El motivo: los alcaldes sobornaron a los
ciudadanos con el pago de 100 nuevos soles y retuvieron sus DNI’s para asegurar
su inasistencia a la votación. De esta manera, en complicidad con JNE, estos
alcaldes se mantienen en sus cargos, burlándose del sistema democrático y de
los ciudadanos honestos. Estas modalidades de actuación de las autoridades tutelares
de la democracia y de los ciudadanos en general, por acción u omisión, se
repiten permanentemente en todo el Perú, evidenciando un estado de corrupción
generalizada, lo que evidencia que si no actuamos prontamente entraremos a una
descomposición de la sociedad y a la inviabilidad del desarrollo de los pueblos
y del país.
Por si esto fuera
poco, el alcalde de Sucre viene siendo denunciado por actos de corrupción por
el uso indebido de los recursos del concejo, según denuncia de su concejal
Elvis Rojas. Asi mismo, tenemos el caso del alcalde provincial de Celendín que
viene demorando la construcción del mercado, lo que ha ocasionado que nuestra
ciudad, una de las más bonitas de la sierra peruana, se encuentre tomada por ambulantes
que ya llegan a los 900 comerciantes. Es decir un comerciante ambulante por
cada 20 personas. Las obras de saneamiento urbano que, por más de dos años
están inconclusas sumado a los
ambulantes, ponen en grave riesgo a Celendín como destino turístico. Estas
demoras, se deben a la negligencia, incompetencia y oscuros intereses
particulares del alcalde.
Al visitar las municipalidades
distritales de Chalán, Chumuch, Cortegana y Pallán, me doy con la sorpresa que
ninguno de sus alcaldes se encuentra en sus localidades. La población indignada
reclama su presencia y permanencia; en caso de Challán donde la fiscalía ocupa
un ambiente en el palacio municipal desde hace 8 meses, el fiscal hasta la
fecha no conoce al señor alcalde. Indagando entre los ciudadanos me entero
indignado que esta ausencia de los alcaldes es común en todos los distritos de
nuestra provincia. Cada alcalde ha alquilado su oficina en la ciudad de
Celendín, con secretaria, seguridad y viáticos. Pretextando que
deben estar al día con las autorizaciones de gasto del Ministerio de Economía
utilizando el sistema SIAF que requiere uso del INTERNET.
Preguntando por
nuestro alcalde provincial recibo la misma respuesta: se mantiene en permanente
ausencia, prácticamente radicando presumiblemente en Lima.
En conclusión, los
importantes recursos que viene recibiendo los últimos gobiernos municipales de
manos del gobierno central ha despertado el
apetito de personas inescrupulosas y la proliferación de falsos
dirigentes que llegan al gobierno municipal, careciendo totalmente de vocación
de servicio y sin ningún conocimiento y experiencia en la gestión municipal. En
consecuencia, demuestran una gran incompetencia, permanente corrupción y una falta
de vergüenza por este proceder ineficiente y delictuoso.
Frente a estos hechos,
debemos reflexionar todos los ciudadanos residentes en la provincia, los radicados
en otras ciudades del Perú y el extranjero e instituciones civiles, para que
unidos y comprometidos con el desarrollo económico y social de nuestro querido
pueblo, nos organicemos y optemos por promover una nueva cultura, una nueva educación,
una nueva estructura productiva, con dirigentes que comprometidos con los grandes
intereses de la provincia, aquella que nos legaron nuestros fundadores, que no
es otra cosa que, el bienestar y progreso sostenido del pueblo celendino, donde, la
decencia gane a la corrupción.
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