A continuación la reproducción del artículo que escribí en la revista Trotamundos de La Asociación Celendina, en ocasión del Bicentenario de la provincia de Celendín. Este artículo explica como nuestros antepasados hicieron posible la fundación y desarrollo de nuestra querida patria chica. Se exponía los niveles de atraso y pobreza de nuestra provincia preponiendo una serie de líneas matrices para iniciar el desarrollo sostenido de Celendín. Han pasado 10 años y el diagnóstico y solución sigue siendo casi el mismo. En efecto, hemos crecido en población, pero los niveles de vida son inferiores al desarrollo promedio de nuestras provincias hermanas y muy lejos de los que vive la comunidad desarrollada. La carretera asfaltada, que se aprobó hace 13 años está inconclusa, el sistema de producción no permite trabajo digno. Existe el proyecto Conga con más de 4,500 millones de dólares y el proyecto energético en el marañón (Distrito Chumuch) por 1,800 millones de dólares; inversiones que requieren de nuestras autoridades municipales y líderes en general someterlos a un análisis profesional de costo beneficio es decir los PRO Y CONTRAS de estos proyectos. No demoremos más el inicio del la ruta del progreso.
ASFALTO DE LA CARRETERA CAJAMARCA - CELENDÍN
VIGA MAESTRA DEL DESARROLLO DE CELENDÍN Y DEL MARAÑÓN ANDINO
Econ. Wilson Zavaleta Pérez
1.- ANTECEDENTES
Celendín es una de
las provincias más importantes del eje de desarrollo sostenible del circuito Pacasmayo
– Cajamarca – Celendín –Chachapoyas – Moyobamba – Yurimaguas, que vía rió Amazonas debe llegar al mercado más grande de América: El Brasil.
En 1767, Carlos
III, soberano español, dispuso la persecución de los jesuitas en España y su
expulsión de América, confiscando todos sus bienes.
El territorio en
esa época de la provincia de Celendín comprendía las haciendas: Inmaculada
Concepción de Chilindrín que comprendía Huauco (hoy Sucre), Huacapampa (hoy
José Gálvez) y Lucmapampa (hoy Jorge Chávez); Hacienda Llamellín que comprendía
Chimuch (hoy Cotegana), Chumuch, Miguel Iglesias; Haciendas Pallán, Jerez,
Rambrán, Tupén, Tincat, entre otras.
Para evitar la
confiscación de sus tierras, los jesuitas vendieron sus haciendas a los
caciques: a Juan José de Chuquibola la hacienda Llamellín y a Rodrigo de
Caruacushma la hacienda Chilindrín. Es preciso señalar que en la época pre inca
el territorio actual de Celendín se dividió en dos puntos: por el norte la
cultura Chocta, influencia Chimú y Chachapoyas y por sur la cultura Caxamarca y
Choktamalca ambas de influencia Chavín, separadas por el río a Llanga. También
se conoce que este territorio contaba con dos lagunas importantes: una llamada
Huananchacocha (espejo del Dios Inti) en Celendín y la otra llamada Huaucococha
(Hermano) en Sucre.
Directiva de la Asociación Celendina en Lima del año 2002, presidida por el Econ. Wilson Zavaleta |
En 1782 arriba a
esta zona monseñor Jaime Martínez de Compañón en su primera visita como obispo
de Trujillo, advirtiendo que en la pampa sagrada de la desecada laguna
Huananchacocha se venía construyendo la bella ciudad de Celendín.
En 1793, en su
segunda visita encontró en Chaquil, gran cantidad de personas blancas –
españoles y portugueses que se habían reunido de todo los lugares (Sucre, José Gálvez,
Jorge Chávez y Chumuch) para comprar la hacienda Llamellín por 14 mil pesos, de
propiedad del cacique Juan José Chuquibola, operación financiera que permitió
la fundación del vecindario originario de hoy, que al cristalizarse la idea,
obtiene el obispo la mediación de la Real Cedula que otorga al naciente pueblo
el título de “Villa Amalia de Celendín”, firmado el 19 de diciembre de 1802,
anteponiéndose el epíteto de Bella que ostenta actualmente. Es conveniente
precisar que este gran logro de nuestros antepasados fue posible por la unión
de todos los hombres y mujeres de esta zona -de norte a sur- con un solo objetivo,
organizar y desarrollar una ciudad que sea un lugar de bienestar de la familia,
que a partir de esta fecha es la familia celendina.
En el siglo XIX y
comienzos del XX se consolida la unión de toda la familia celendina, convirtiendo
a Celendín y a sus hijos en agentes promotores de desarrollo primero de sus
zonas de influencia natural –Leymebamba, Chachapoyas, Moyobamba, Rioja- para
luego influir en la cultura y el comercio de otras ciudades como Huánuco,
Iquitos, Ancash, Pucallpa, Madre de Dios y por último en todo el territorio
nacional e inclusive el extranjero; llegando a su máximo esplendor con el
comerciante más próspero y famoso de Celendín don Augusto Gil, cuyo barco que
lo usaba para el comercio internacional lo vendió al multimillonario Griego Onassis.
Como filántropo dejo sus bienes inmuebles para los hospitales y mercados de
Trujillo, Cajamarca, Celendín, entre otras donaciones.
La construcción de
carreteras a partir de 1919 fractura la unidad departamental y desalentó la
unidad de los pueblos, especialmente la apertura de la carretera Olmos – Marañón
en 1941. El criterio desafortunado de nuestros parlamentarios por Cajamarca, de
promover y apoyar con mayor intensidad el desarrollo de las provincias norteñas
de Chota, Cutervo, Santa Cruz, Jaén y San Ignacio, no permitió la
cristalización del proyecto de construcción del ferrocarril Pacasmayo -
Cajamarca – Celendín – Chachapoyas – Moyobamba; paralizando así el desarrollo
de esta zona cuya integración natural hubiese permitido alcanzar niveles de
desarrollo sostenible de toda la zona sur del departamento y de los pueblos del
Marañón andino –Bolívar, Longotea, Uchumarca, Uncancha, Bambamarca,
Condormarca, Luya, Leymebamba, Balsas, Chuquibamba, entre otros.
II.- SITUACIÓN ACTUAL
Según los datos del
INEI proyectados al 2001, Celendín tiene una población de 94 mil habitantes. La
población urbana es del 22% y la rural es del 78%, siendo una de las provincias
más rurales del país; su tasa de crecimiento poblacional es de 1%, menor a la
del promedio de las provincias norteñas; la población económicamente activa que
recibe salarios alcanza al 22%; se advierte un alto grado de deficiencias en la
atención de la educación, registrándose una tasa de analfabetismo del 27%. Las
viviendas son precarias y no cuentan con los servicios mínimos de una vida
adecuada, la construcción es de adobe y sólo el 13% cuenta con agua potable en
sus viviendas
ACTIVIDAD ECONÓMICA
La provincia se
caracteriza por su poca actividad económica; sin mayores niveles de
productividad y competitividad; su producción es totalmente primaria sin ningún
valor agregado importante de autoconsumo, sus niveles de ingresos son muy bajos
generando un mercado muy reducido. El sistema financiero casi no existe, cuenta
apenas con el banco de la nación que realiza operaciones sumamente limitadas
que impiden el buen funcionamiento de los sectores productivos, haciendo más
precaria la movilización de recursos financieros. La producción agraria siendo
la más importante en la zona pero no mantiene niveles de demanda y
competitividad requeridos por el mercado, carece de tecnología y los equipos
agrícolas son insuficientes.
La actividad
pecuaria es la que está en mejores condiciones de desarrollo contando con
mercados cautivos y demanda insatisfecha siendo el mayor problema el minifundio
que impide alcanzar mayores niveles de productividad. La actividad industrial y
artesanal es muy rudimentaria y no significa fuente de trabajo e ingresos
adecuados de la zona. El turismo no ha sido desarrollado, sin embargo, es el
sector en el cual se tiene mayores ventajas comparativas, dado que contamos con
recursos turísticos importantes para el turismo de aventura y el turismo
ecológico en el circuito Cajamarca – Celendín – Chachapoyas – Chiclayo.
CARRETERAS Y VÍAS DE COMUNICACIÓN
La provincia no
cuenta con las carreteras y vías de comunicación necesarias para su normal
desarrollo entre sus distritos y demás pueblos que integran su región natural
de influencia y desarrollo histórico (Pacasmayo, Cajamarca, Celendín,
Moyobamba, Chachapoyas, Bolívar); en efecto, distritos como Cortegana, Chumuch,
Pallán hasta ahora no cuentan con muchas carreteras. Las carreteras son de tipo
carrozable y trochas con insuficiente o nulo mantenimiento, lo cual impide una
verdadera integración económica, social y cultural de su población.
La carretera Cajamarca – Celendín se
encuentra en mal estado de conservación
y es el principal motivo de atraso que tienen los pueblos de la zona de
influencia del Marañón andino, colocando a Celendín en un pueblo que languidece
por no aprovechar sus ventajas comparativas en su zona de influencia natural.
Este descuido de los gobiernos de turno y la equivocada política de las autoridades
regionales por favorecer el desarrollo del norte de Cajamarca, son causas de un
menor desarrollo del departamento y particularmente de la zona de Celendín que
registra altos niveles de pobreza extrema.
POBREZA
La pobreza en
Celendín llega a niveles dramáticos; el 70% de la población es pobre y el 60%
de estos son extremadamente pobres, viven con 0.70 dólares diarios. En Celendín
se encuentra uno de los distritos más pobres del país, lo cual se ve reflejada
en los bajísimos niveles de vida.
III.- ALTERNATIVAS PARA EL DESARROLLO
SOSTENIDO
El desarrollo de
los pueblos se logra por un estado mental de unidad e integración de todos los
pobladores; es decir, para salir del estado actual en que se encuentra la
provincia dependerá del deseo y participación comprometida de la juventud, de
sus intelectuales, de sus líderes y del pueblo celendino en general radicado a
lo largo y ancho del país y del extranjero; que sólo adoptando un compromiso de
apostar por el fortalecimiento de los recursos que cuenta la zona y la creación
de otros, permitirá contar con mayores y mejores factores de producción que,
explotándolos con inteligencia, con tecnología y buenas carreteras, permitirán
revertir el estado de postración en la cual se encuentra actualmente la
provincia.
El desarrollo
sostenible de Celendín deberá realizarse teniendo en cuenta los siguientes
lineamientos de estrategia y compromiso: 1. Lograr la integración y participación
de todos los Celendinos a nivel nacional. 2. Pedir por todos los medios la
construcción de la carretera asfaltada Cajamarca – Celendín, sin cuya
infraestructura es imposible plantear o iniciar las soluciones al desarrollo de
la zona del Marañón andino. 3. Explotar al máximo nuestros recursos naturales,
turísticos (de aventura, ecológico y vivencial) complementando el circuito
turístico Cajamarca – Celendín – Chachapoyas – Chiclayo, impulsando la
construcción de hoteles y restaurantes competitivos que presten un excelente
servicio a los turistas. 4. Promover el desarrollo tecnificado y de alta
productividad del sector pecuario industrializando sus productos con la más
alta calidad para un mercado más selecto y de exportación. 5. Desarrollar una
tecnología de producción agrícola ecológica para competir en mejores
condiciones en los mercados de ciudades más desarrolladas; 6. Promover y
establecer bosques industriales y protección de todas las zonas con
posibilidades de forestación.
IV.- ¿QUÉ ESTAMOS
HACIENDO POR CELENDÍN?
En las postrimerías
del bicentenario de la fundación de Celendín, nuevos aires se respiran a lo
largo y ancho de nuestro país, todos de una u otra manera quieren dar su grano
de arena para resolver los grandes niveles de pobreza en los cuales se
encuentran 70 mil Celendinos; una vez más, se requiere, como hace 200 años la
unión de toda la familia celendina. Los alcaldes, autoridades, maestros y
dirigentes distritales están organizándose para poner lo mejor de su
experiencia y salir de este estado de postración.
En la capital de la
provincia se ha organizado un comité de celebración del bicentenario de, la
fundación de Celendín, el mismo que tiene subcomités en diferentes ciudades del
país. En Lima, la Asociación Celendina que la presido, viene organizándose para
participar efectivamente en estos actos que organiza el Comité Central. El año
pasado se publicó la Resolución Directoral Nro. 006-2000-MTC/15.17.04, por la
cual se aprobó el estudio definitivo de ingeniería a nivel de asfaltado de la
carretera Cajamarca – Celendín, con una distancia de 94.90 kms., su desarrollo
sólo corrige algunos trazos de la actual carretera disminuyendo en 10 kms. la
distancia Cajamarca - Celendín. El costo total de la obra es de S/.
125,307,083.62 más IGV, la duración del proyecto 18 meses. El alcalde don
Adolfo Aliaga Apaéstegui y un comité organizada por la Asociación Celendina,
viene desplegando sus mayores esfuerzos para conseguir el presupuesto y dar
inicio a esta obra de vital importancia para Celendín. La Obra constituye la
viga maestra del desarrollo sostenible de los pueblos del Marañón andino; se
han realizado una serie de trámites y conversaciones con autoridades del ejecutivo y
representantes al congreso por Cajamarca; en el mes de octubre hemos presentado
sendos memoriales al presidente de la Republica y a los ministros de su
competencia y estamos seguros que haciendo el seguimiento, lograremos iniciar
este ansiado y esperado proyecto.